El
sustrato orgánico lo constituyen fibras colágenas tipo I, formado por
fibrillas, compuestas a su vez por microfibrillas. Cada microfibrilla es una
polimerización de moléculas de tropocolágeno unidos en sus extremos por uniones
peptídicas. Hay otras moléculas involucradas: proteoglicanos que tienen calcio y se ubican entre las
microfibrillas. Las enzimas degradan tropocolágeno y estos sitios son ocupados
por fosfoproteínas (quedo calcio libre); aquí la fosfatasa alcalina las
degradas y libera fosfato; una serie de proteínas (no colágenas) permiten la
unión, ubicación, crecimiento y freno del cristal; a medida que crece el
cristal se van desplazando las proteínas y agua. La cristalización ocurre
dentro de las fibrillas, entre las microfibrillas y en la superficie de la
fibra. Así la fibra colágena se mineraliza totalmente, mineralización que
alcanza a un 70% en el caso de la dentina; el tejido óseo se mineraliza en un
60-65%.
En
el esmalte la mineralización parte de la dentina; sin la preexistencia de
dentina no habrá esmalte.
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